¡Hola, hola!
Como es lógico, primero las buenas nuevas: ¡empiezo
a entender a la gente de por aquí! Bueno, quizá me he venido un poco arriba con
esa afirmación. Digamos que empiezo a no sentirme como el típico camarero chino
que se dedica a repetir todo lo que lo dicen sin entender una palabra.
Cliente: “Umm, un arroz con gambas, por favor”.
Camarero: “Aloz con gamba, sí”.
Por lo menos he empezado a entender lo que me
quieren decir, aunque no entienda las palabras. También he aprendido algunas de
las características del dialecto de la zona. Entre ellas:
- Cambio de a por o (“ja” sería /jo/, “achtzig”, /ógzig/ y “ganz”, /gonz/).
- /Nah/ es que no.
- “Ich” (yo) se pronuncia /i/.
- Abusan del perfekt, incluso con los verbos modales (Ich habe gekonnt/gewollt/gemusst, etc.).
- No diferencian "als" y "wie" cuando hacen comparaciones.
Por otro lado, he empezado un curso de alemán en
la Volkshochschule, o VHS, que es como una escuela oficial, pero no sólo de
idiomas, sino de todo tipo de cosas, desde cocina a pintura pasando por
informática o baile. Son cursos breves de seis semanas, pero no están nada mal
de precio.
¿Impresiones generales tras un mes y medio?
1 - Los austríacos no son tan diferentes de los
españoles, al menos esa parte de frialdad que siempre nos imaginamos desde
España yo no la he percibido. De momento, vamos.
2 - No es TAN caro como yo pensaba. Si bien es
cierto que el nivel de vida es algo más alto, sobre todo en restaurantes, pubs
y transporte, si sabes dónde comprar no hay tanta diferencia. Por ejemplo, el
Lidl y el Hofer (Aldi) tienen prácticamente los mismos precios que en España.
Menos la carne, joder. ¡Qué cara es la carne!
3 - Sí, saben mucho inglés. Quién más quién
menos te habla en un inglés bastante decente y no tienen ningún problema en
cambiar si ven que no les entiendes en alemán. De hecho, a veces me gustaría
que no tuvieran esa facilidad, ¡que yo he venido a aprender alemán!
4 - La educación, de la que hablaré en otra
entrada más adelante, está muy diversificada. ¿Qué quiero decir? Pues que los
alumnos tienen que elegir desde bien temprano lo que quieren hacer y eso
propicia que muchas veces sean los padres los que eligen por ellos. Y ya no es
elegir nuestro típico “ciencias o letras”, no. Aquí a los 12 años ya deben
elegir si quieren seguir con la secundaria o pasar a la escuela de “formación
profesional”. Después, a los 14 años deben elegir de nuevo. Pero este es un
tema que ya trataré en otra entrada, que tiene tela.
Klagenfurt, 2013. |
5 - El tiempo. Desde España, piensas en Austria
y te viene a la cabeza esto.
Quizá me esté precipitando, pero de momento el tiempo acompaña
mucho y durante el día (hasta las 4pm que se va el sol) podemos estar a 15ºC
perfectamente. Igual dentro de una semana cae la nevada del siglo y me
arrepiento de o anteriormente escrito. Por la noche ya es otra historia.
Klagenfurt está al lado de un lago y la humedad se nota. De hecho para esta semana se preveen lluvias y bajar de los cero grados. ¿Nieve? Quién sabe.
En otro orden de cosas, hace unas semanas los alumnos del Europagymnasium me
invitaron al “Maturaball”. ¿Qué es esto? Pues el matura (o la matura, según a
quién le preguntes) es el examen final que hacen al acabar el instituto y un
“ball”, pues un baile. Así pues, esto no es más que su baile de, OJO,
graduación. Sí, en octubre o noviembre. A ver, no están locos. Esta celebración
está organizada al 100% por los alumnos del último año y, por tanto, les ocupa
mucho tiempo, así que lo ponen ahora para que no les quite tiempo de estudiar
allá por mayo. Tiene sentido desde un punto de vista práctico, aunque la verdad
es que ahora mismo tienen poco que celebrar.
Maturaball de este año. |
En la próxima entrada hablaré sobre las clases
de español. Al final y al cabo es para lo que he venido a Austria, ¿no? Habrá
que intentar ser ese profe guay que todos deseamos tener y que deja los libros
llenos de ejercicios de gramática a un lado.
Bis bald!