domingo, 21 de febrero de 2016

¡Viva Colonia!



Da simmer dabei ! Dat es prima! VIVA COLONIA!
Wir lieben das Leben, die Liebe und die Lust
wir glauben an den lieben Gott und hab auch immer Durst



¡Siempre dispuestos! ¡Esto es genial! ¡VIVA COLONIA!

Nos encanta la vida, el amor y pasarlo bien.

Creemos en Dios y siempre tenemos sed.



Estos versos corresponden al estribillo de la canción más escuchada y pegadiza de uno los carnavales más importantes de Europa, junto con Venecia y Tenerife, por supuesto. Creo que no hay ni una sola palabra de estos tres versos que no sea verdad. Se nota que estos alemanes son gente honrada y sincera (sic). No mienten ni en las canciones y, además, tienen mucho estilo para decir que les encanta emborracharse. En España no nos gustan tanto las metáforas y vamos directos al grano cuando cantamos eso de:

“Alcohol, alcohol, alcohol,
hemos venido a emborracharnos
y el resultado nos da igual”.

Como podéis imaginar la semana pasada me dejé caer por esta ciudad alemana de cuyo carnaval espero siempre acordarme. Fueron 3 días intensos (sobre todo de intenso mal tiempo) donde la Kölsch, las Bratwurst, los disfraces y las miradas sospechosas de los nativos teutones no brillaron por su ausencia. 

Salí del aeropuerto de Klagenfurt (sí, tenemos aeropuerto aunque solo vuele a cuatro o destinos) en un placentero y soleado domingo de febrero y aterricé en la capital del viento helado y los cielos cubiertos para pasar 3 días con mi buen amigo @Rayogarcía

La primera idea que a todos nos viene a la cabeza al pensar en Colonia, corregidme si me equivoco, es la Catedral (der Dom), esa puta bestialidad de edificación gótica en torno a la cual se organiza el casco urbano y, en febrero, el carnaval. También el famoso puente Hohenzollern sobre el cual sólo circulan trenes, tranvías y peatones. Nunca había visto un puente sobre el que no pudieran circular coches, pero me parece una idea estupenda. 


De verdad, flipante.


Sin embargo, y, aunque no es la ciudad más bonita del mundo (ni de Alemania), el  casco histórico está formado por calles empedradas, edificios antiguos con finalidad desconocida y fachadas muy bonitas. Típico de las ciudades centroeuropeas y que a mí personalmente me gusta mucho. Quizá no para visitarlo y hacer fotos, pero sí para pasear en un día de buen tiempo por Heumarkt (dónde nos quedamos a dormir en un Airbnb/hostal de chinos/tapadera de drogas muy chulo), Altenmarkt, Neumarkt, la ribera del río e incluso atravesar la Estación Central (Hbf) hacia Agnesviertel. En este último barrio, como pudimos comprobar Yeray y yo en nuestro último día en Köln se encuentra el jardín botánico, que debe ser precioso si no te cae un chaparrón encima, también un par de iglesias y una de las puertas de la ciudad. Por otro lado, es mucho más barato que el centro.

En febrero no está tan bonico.

Volviendo al carnaval y a los verso de antes. El Carnaval (Fasching) de Colonia se celebra en febrero y, aunque el día grande es el Rosenmontag (Lunes de Carnaval), el resto de días también hay mucho ambiente y gente disfrazada. En este lunes tan famoso tiene lugar uno de los desfiles más largos que he visto en mi vida. Tan largo es que ni siquiera pudimos verlo acabar. Como en cualquier desfile de carnaval (también conocido como charanga), en el Rosenmontag hay diferentes comparsas o asociaciones que desfilas entre la multitud exhibiendo sus emblemas y carrozas y repartiendo dulces. Solo hay una sutil diferencia, y es que en Colonia tiran a dar. Y no hablo de caramelicos, no, esta gente no se anda con chiquitas y lanzas barritas de cereales, chocolatinas, chupachups e, incluso, cajas de dulces enteras más grandes que una mano. Así que tenedlo claro: al Rosenmontag, con casco. En las carrozas se podían ver imágenes que recordaban mucho a la sátira de las fallas de Valencia. Hitler y Merkel tuvieron su momento. 
 
Hitler-Pulpo.

El dios Tsipras.


En otro orden de cosas volvamos a la canción del inicio. Vamos por partes y empecemos por el final de los versos.

“Siempre tenemos sed”
Correcto. Como buenos alemanes, en Colonia la gente bebe que da gusto verlos. No sé si será por hacerse los chulos, pero a las 10 de la mañana ya había gente con una cerveza en la mano haciendo cola para comprarse otra. Hay tres opciones para beber cerveza en Colonia:

1 - Comprar en el super y hacer botellón, ya que en Alemania está permitido. Además, si luego devuelves las botellas/latas te dan dinero (Pfandflasche). Bueno, mejor dicho, te devuelven el que habías pagado por ella.

2 - Kiosks: 24h con precios asequibles. Hay uno en cada esquina.

3 - Kölsch: esta es la cerveza típica de aquí y comparte nombre con el dialecto de la zona. Tienen unos vasos especiales de 0,2l.Como de cubata pero mal.

“Creemos en Dios”
A quemar al chiquillo.
Correcto. O eso parece. El día 9 a medianoche llevan a cabo una ceremonia de purificación de los pecados en la que QUEMAN A UN NIÑO. Bueno, un muñeco con forma de niño que simboliza los pecados cometidos durante el carnaval. La idea es: haced lo que os dé la gana esta semana, total luego quemamos al crío y ya está. 

"Nos encanta la vida, el amor y pasarlo bien"

Es innegable que la gente disfruta en Colonia. Las calles de la ciudad están repletas de colores, disfraces, sonrisas y canciones. No hay un momento en el que no haya un desfile, batucada o grupo de borrachos animando el ambiente.
Así que, lo dicho 

¡QUE VIVA COLONIA!


Tips:
Subir a la torre no merece mucho la pena. Entrar en la catedral sí.
Cruzad el puente. La vista mola y dicen que hay buena vista desde la ultima planta de un hotel.
Desayuno: Backwerk, Rewe to go, Yorma’s. Por menos de 2€.
Descargad la APPde transporte.